lunes, 7 de mayo de 2007

Un proyecto de futuro: El PSOE de Zapatero

El modelo de sociedad a la que aspira el actual ejecutivo del PSOE, que además Gobierna España desde hace 3 años, es el de una sociedad que progresa con la extensión de derechos civiles convirtiendo a los individuos (con medidas como la regularización masiva de los inmigrantes o la ley de matrimonio homosexual) en ciudadanos iguales entre sí para pasar a formar parte del conjunto activo de personas que deciden sobre el futuro de su país y desarrollar una política económica equilibrada buscando redistribuir la riqueza de manera moderada, pero en los sectores estratégicos, como el de la energía (como hemos visto con la OPA sobre Endesa), ser intervencionista.
En palabras del propio Zapatero; "El programa de una izquierda moderna pasa por una economía bien gobernada con superávit de las cuentas públicas, impuestos moderados y un sector público limitado. Todo ello, conjugado con la extensión de los derechos civiles y sociales". En referencia al primer punto cabe destacar que en los dos últimos años el gobierno de Zapatero ha tenido un superávit de más del 1%. En el tema de los impuestos moderados Carmen Calvo anunció la decisión del gobierno en 2004 de rebajar el IVA por la compra de CD´s y DVD´s del 16% al 4% aunque por ser competencia de la UE finalmente no se le permitió. Y referente a la extensión de derechos civiles (matrimonio homosexual) y sociales (ley de igualdad) ha quedado de manifiesto su voluntad política.
El modelo de socialdemocracia que defiende Zapatero está inspirado en la Tercera Vía, más allá de la izquierda y la derecha. De ahí a que su movimiento de opinión lo haya bautizado con Nueva Vía. El objetivo de la Tercera Vía es compatibilizar los valores tradicionales de centro-izquierda, como la solidaridad, la justicia social, la responsabilidad y las oportunidades, con los postulados económicos del libre mercado, como la reducción del intervencionismo y de los impuestos. De ahí el modelo económico que actualmente está llevando a cabo el PSOE para intentar adaptarse a un mundo globalizado.
El concepto de republicanismo, no como antimonárquica en referencia a la monarquía parlamentaria actual en España, entendido como no-dominación apoyado en la fortaleza de la ciudadanía -con criterio propio, que sea crítica- con el fin de que todos los poderes sean controlados por los ciudadanos de a pie, se ve claramente reflejado en la asignatura de Educación para la Ciudadanía donde los ejes de dicha asignatura versarán sobre los derechos humanos y el concepto de civismo –en clara alusión a la ciudadanía cívica-, es decir, de la convivencia pacífica en la sociedad y, por tanto, del respeto al “otro”. Por ello, al haber una ciudadanía activa en el funcionamiento del Estado controlando a los mismos cargos públicos que elige mediante el voto, lo que se busca sobretodo, es profundizar en la democracia.

De ahí que se busque todo lo contrario a la acumulación del poder en un gobierno central sino que haya un equilibrio de poderes, tanto a nivel nacional como a nivel autónomo y local. Esta visión federalista del país ha quedado reflejada en la reforma de los estatutos de las autonomías 30 años después de su aprobación. Cabe destacar el estatuto más polémico que ha dado mucho que hablar; el Estatuto de Cataluña. Esta visión del equilibrio de poderes viene reforzada por la idea de que no hay una sola voz, por lo tanto no tiene que haber un solo poder, sino que como la sociedad es plural deben haber varias voces, varios órganos de poder, de decisión.

En la defensa de la democracia basada en “cheks and balances” (controles y equilibrios) ambos se complementan, son necesarios. Por ello, para que exista ese equilibrio de fuerzas y un control real de los ciudadanos sobre la actuación del ejecutivo, y como consecuencia, una participación directa de la sociedad en el ejercicio de poder, es también necesaria la creación de una serie de herramientas para reforzar ese control basado en la transparencia de la actuación del gobierno gobierno. Estas herramientas vienen a ser, entre otras cosas, una televisión pública independiente acompañada de una reforma en la legislación, como sucedió con la Ley de Radio y Televisión que cambió la elección del director para que no coincidiese con las elecciones generales y que no fuese nombrado directamente por el gobierno central sino que fuese consensuado en el parlamento.

Además de intentar crear espacios de debate político en la televisión donde “el otro” pueda expresar también su visión del acontecer político, como lo denomina Philip Pettit; “el sentir de la otra parte”. Un ejemplo de la expresión de opiniones diferentes en Televisión Española viene a ser el programa de debate político “59 Segundos” que se emite por la noche donde periodistas de medios de comunicación de diferentes ideologías tienen voz. También resalta la importancia de que el ciudadano pueda expresarse a través de movimientos sociales y organizaciones (como sindicatos).

Otro punto del ideario político del actual dirigente político del PSOE y del ejecutivo, y que condiciona por tanto la actuación del mismo ejecutivo, es la creación de redes de control para las grandes corporaciones multinacionales. Algo que todavía no se ha llevado a la práctica. Esa labor de control la ejerce tanto el ejecutivo como los sindicatos como venía dándose hasta ahora.

También se defiende que el ejecutivo no imponga sino que “negocia” con los ciudadanos sus propuestas. Si bien en algunos casos es el ejecutivo el que toma la decisión final de actuación y esta “negociación” no se da (como en la decisión de aplicar prisión atenuada al terrorista etarra De Juana Chaos por una huelga de hambre iniciada a causa de su encarcelación por dos artículos de opinión, decisión tomada en contra del 66% de la opinión pública). De este modo otro tipo de iniciativas políticas que el PSOE ha propuesto, como el anteproyecto de una ley que persiga el alcoholismo cuando es perjudicial para la salud, han sido echadas hacia atrás. El propio Rousseau afirmaba que el pueblo en unos casos, cuando vota, es el monarca, y en otros, cuando el monarca elegido decide, es el súbdito.

Esta idea de democracia como equilibrio de fuerzas se aleja de la idea economicista del Estado que interviene en casi todas las políticas económicas, que busca la igualdad material de todas las clases sociales (como tradicionalmente ha venido defendiendo el socialismo viendo la llegada al gobierno como un paso necesario para llegar a esa meta) y resalta más la idea de libertad, de autonomía de los ciudadanos sin depender de un poder. Esta idea que ya defendió Rousseau en su época, viene a reafirmar que los ciudadanos pueden formar parte de las decisiones que se tomen desde el gobierno a través de una televisión pública transparente que recoge todas las ideas, la cual llega a la población en general de manera directa y rápida, es decir, de las herramientas más útiles para llevar a cabo ese control.

Se busca crear personas autónomas con capacidad crítica, otro de los puntos importantes de la asignatura Educación para Ciudadanía concretándose en la idea de debates donde se traten temas de trascendencia como el respeto a los derechos humanos, al prójimo.

En la idea de una persona autónoma no dependiente de ningún poder reside la ley de dependencia, uno de los “platos fuertes” del actual ejecutivo basado en la ayuda económica a gente con alguna discapacidad o algún problema serio, como la vejez acompañada de soledad, que no permita a las personas disfrutar de una vida en libertad, de una vida plena que los problemas físicos le impide (por ejemplo las personas mayores salir a la calle). De ahí que a estas personas mayores el Estado les va a dar una ayuda económica importante para no depender de nadie.

En cuanto a la política internacional también se defiende el equilibrio de poderes, por lo que representa para la democracia la concentración del poder que permite al líder actuar sin tener ningún control ni estar sujeto a una ley internacional. De esta idea se desprende la defensa férrea del europeísmo entendiendo la Unión Europea como la mejor vía de contrapoder a Estados Unidos como garante de la democracia, es decir, de la defensa de los derechos humanos. Se ha de intentar que el mundo no sea unipolar y depende de las decisiones de un solo país. Así se entiende la defensa de Zapatero del papel fundamental de la Unión Europea y la recuperación de una relación “amistosa” con Francia y Alemania para situarse en el eje central de Europa.

Se busca así hacer una relectura de los pensadores clásicos, como Rousseau -quien fue uno de los “padres” de la democracia con su idea de soberanía nacional- en la sociedad actual destacando el lado más liberal, el lado más humanista de las críticas a las desigualdades sociales y económicas que han caracterizado tradicionalmente a la izquierda. En palabras de Zapatero; “(…) no puede haber socialismo sin libertad, sin democracia”. De ahí que defina su proyecto, más que socialdemocracia, democracia social. Puesto que pone como prioridad para la consecución de sus fines político-sociales la libertad, la democracia.
Al defender la idea de democracia, como también reza el artículo 6 de la Constitución española: "Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos", el PSOE siempre hace elecciones primarias donde votan los militantes del partido a la hora de elegir al Secretario General del PSOE.

Las ideas fundamentales en las que se basa la teoría de Philipp Pettit, que propone un sistema político de “checks and balances” (controles y equilibrios) al estilo federalista, no al francés, son:

1.- “Republicanismo”: propugna que las personas son ciudadanos, no súbditos, y que por lo tanto nadie tiene derecho a decidir sobre la vida o libertad de otra persona
2.- El Estado tiene el poder, precisamente para evitar que unos fuertes tomen como súbditos a unos débiles. ¿Pero quién limita el poder del Estado para que no sea despótico? Pues los medios de comunicación libres, la transparencia informativa y los ciudadanos a través de movimientos sociales y organizaciones, que se dejan oír en los medios de comunicación.
3.- Es importante que el Estado garantice y promueva la libertad e independencia de los medios y también de las asociaciones y ONGs, que haya voces discordantes. Serán los mecanismos de control al poder. La TV, la prensa, ha de ser monitorizada por entes independientes, los mandatos de los directores de la TV no han de coincidir con los cambios de gobierno. Las instituciones públicas han de recoger “el sentir de la otra parte”.
4.- La tradición republicanista es el federalismo, no el jacobinismo francés. La idea de Rousseau (tomada de absolutistas como Bodin o Hobbes) de que hay una voz monolítica del pueblo soberano es desastrosa: la voz del pueblo es plural, son muchas voces que deben poder expresarse, y el poder ha de tender a estar dividido, siempre en un proceso de control y equilibrio.
5.- El republicanismo no es incompatible con la monarquía: Rousseau acertaba al decir que una monarquía en la que el Rey se somete a la ley y hay un Estado de Derecho debe ser llamada república. Lo importante es la libertad, y libertad es no ser súbdito de nadie.
6.- El Maquiavelo de los Discursos (no el de El príncipe), tenía razón al decir que las buenas leyes generan buenos hábitos, y los buenos hábitos buenas leyes; hay que promover este círculo virtuoso.
7.- EEUU carece de contrapoder; es peligroso para el mundo esta falta de equilibrios. Los pequeños países deberían aliarse: a la Unión Europea no le queda más remedio y cada vez verá más necesaria su vocación de contrapoder.
8.- Los Gobiernos han de crear redes de control de las grandes corporaciones multinacionales y obligarlas a jugar con determinadas reglas, no dejar que ellas las impongan.
9.- La globalización no es compatible con el protectorismo y las enormes subvenciones de los países ricos a sus sectores agrarios o manufactureros al mismo tiempo que obligan a los pobres a abrir sus mercados.
10.- Hay tres principios básicos en democracia: elecciones por un periodo limitado, separación de poderes y estado de derecho aplicable a todo el mundo.

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