jueves, 31 de mayo de 2007

La Política como un Producto

Recientemente he oído una crítica continua a la política de Zapatero, y es que no tiene un equipo de comunicación sólido que sepa transmitir las políticas de Zapatero en materia social o económica. La comparto cien por cien. Y es que bajo el gobierno de Aznar los logros económicos (que más bien eran estructurales por una economía que resurgía gracias a la Unión Europea y a la reactivación del consumo privado) se mostraban como propios. Hoy esos logros son sólo circunstanciales mientras que antes con Aznar eran obra y milagro suyo. ¿Cómo puede darse tal contradicción? Muy sencillo, por el mensaje que se lanza a la sociedad y la sensación que ésta tiene como consecuencia de ese mismo mensaje lanzado.

A lo largo de la historia la publicidad ha sido un instrumento de gran valor para los distintos gobiernos como propaganda para adherir la voluntad de los individuos a su "proyecto". Esta labor en el caso de los estados fascistas era primordial para tener más poder hasta controlarlo todo, ya que éste era su cometido. Acabar con la identidad del individuo mediante un proceso de socialización totalmente elaborado. En el caso de Hitler el hombre destinado para esta labor fue Goebbels quien afirmaba, muy acertadamente por otra parte, que para ocultar la verdad simple de las cosas había que atacarla desde diferentes ángulos para provocar agujeros negros que dejasen interrogantes para luego cubrirlos rápidamente en su interés propio. Esto es, cambiar la realidad en beneficio propio creando dudas desde diferentes flancos acerca de la realidad para luego "contestar" esas dudas con un resultado favorable en todos los casos. Para Stalin los comisarios eran muy importantes para mantener al pueblo bajo sus órdenes sin rechistar. La figura del comisario servía para que todas las personas estuvieran bajo las órdenes del "aparato estatal" incluso utilizando para ello la violencia si era necesario -como cuando tras los soldados del frente estaban los comisarios vigilándoles y si alguno desertaba lo mataban de inmediato-.

La publicidad siempre va dirigida al inconsciente de los clientes potenciales sacando los instintos más basicos - ya sean sexuales o violentos- de los consumidores para que éstos no puedan razonar, dudar, al fin y al cabo poner en cuestión dicho mensaje. De hecho una de las ideas más importantes de los fundadores de Estados Unidos era la naturaleza del individuo totalmente libre como alguien que pone en cuestión todo con ese afán de aprender, de ver esa "luz de la verdad" en el siglo de las luces, es decir, en la época de la Ilustración donde la ciencia cobró una mayor importancia. El análisis científico, basado en pruebas tangibles, de la realidad. Por ello la manipulación no tiene cabida alguna, o sea, no es posible cambiar la percepción de la realidad en beneficio propio. La ciencia comienza con una pregunta, es decir, con una búsqueda del porqué de las cosas, de ver más allá de lo que nuestros ojos son capaces de ver, y termina con una verificación objetiva de dicha idea. En el caso de la propaganda en los régimenes absolutistas las dudas se consideraban como deserción. Poner en duda una verdad lanzada por el "aparato estatal" era traicionar a ese mismo aparato estatal al que se sirvía y en muchas ocaciones le costaba al sujeto la propia vida.

Siempre ha habido una gran masa dirigida y una clase minoritaria dirigente. Los de "abajo" que, entre otras cosas, ayudaban con su esfuerzo a mantener en el poder a los de "arriba". Numerosas revoluciones -algunas más sangrientas y otras menos- han ido inundando todos los rincones del mundo de un ideal de libertad e igualdad, de justicia y de solidaridad como valor que nos mantiene a todos unidos en la adversidad. Al fin y al cabo, de esperanza y fe en que un mundo mejor siempre era posible. Estas revoluciones han dado lugar a diferentes sociedades estructuradas de distintos modos.

Primero fueron los "líderes espirituales", es decir, las diferentes religiones que mantenían unidas a las grandes masas mediante la fe y la adhesión incondicional de sus fieles al "mensaje de la Iglesia". Estos mensajes a veces se concretaban en las imágenes de las Iglesias como en los pilares de las iglesias -los edificios- donde se representaban escenas de la Biblia, otras veces era el mismo "líder espiritual" el que difundía el "mensaje divino" a la sociedad en su conjunto. Por todos es conocido la famosa Inquisición que persiguió a todo el que disintiera de la verdad oficial, donde se quemaban a los llamados herejes como si fueran los portadores del mal absoluto que llevarían a la sociedad a su final. La utilización del miedo a lo desconocido y al "otro" para mantener fielmente a la sociedad era continua; la Iglesia era la única que podía salvar al ser humano de su perdición.

Después con el paso de una sociedad basada en la fe a una sociedad basada en la razón y el cuestionamiento permanente de Dios se dio lugar a una sociedad cuyo principal pilar era la política. La cual estaba a su vez estaba basada en unos ideales por los cuales había que luchar para llegar a una sociedad perfecta donde el hombre viviría en paz y libertad. Había que luchar por esos ideales -si hacía falta mediante la lucha armada- para crear una sociedad perfecta que llevase al hombre a su máximo esplendor. El paraíso ya no estaba en otra parte y la Iglesia ya no era la puerta que llevaba a ese paraíso: el paraíso estaba aquí y la llave estaba en esos ideales por los que se luchaba, por lo que había que dar hasta la vida en pos de una sociedad mejor. Con la entrada de la imprenta, y por tanto, de los medios de comunicación escritos así como de los carteles, por no olvidar las nuevas tecnologías radiofónicas, permitieron poder llegar de una manera cada vez más simple a una mayor población. Por ello transformar la verdad general en la verdad particular, en la verdad interesada de unos pocos ya estaba al alcance. Se defendía una ideología propia como la única portadora de la verdad absoluta mientras se satanizaba las demás.

Hoy hemos pasado de una sociedad basada en la política a una sociedad basada en el consumismo. 3 de cada 4 personas en España no siente un interés importante por los temas políticos, tan sólo busca disfrutar de la vida en la medida de lo posible y poder llegar a fin de mes. Una sociedad basada en los ideales políticos tras continuos enfrentamientos con motivo de la política y la percepción de la sociedad como que los políticos vienen a ser esa nueva clase dirigente que tan sólo mira por su propio interés ha dejado de existir. Uno de los pilares de la sociedad es el poder económico, y esto, junto la relativización de las verdades absolutas las empresas han pasado a tener una importancia cada vez mayor. Las personas apenas creen en ideales que les llevarán a una sociedad perfecta y se preocupan más por los problemas cotidianos como el tráfico, el tener un trabajo y un sueldo que le permita vivir dignamente entre otras cosas. Creen que llegar a esa sociedad perfecta, a ese "paraíso" terrenal, a día de hoy es imposible por eso tan sólo les interesa poder mejorar poco a poco en el devenir diario.

De ahí que las empresas vendan sus productos como forma de poder vivir mejor lanzando mensajes como el de seguridad en un coche (cuando paradójicamente una de las razones que más muertes traen es el del tráfico, unas 3.000 personas por año sólo en España). Consumir un producto supone ser un poco "más rico" y traer un poquito de felicidad consigo. Nos encontramos en la sociedad del consumismo donde hasta el sexo es algo que podemos "consumir" cuando queramos. En eso versa nuestra "libertad", nos permite acabar con las barreras del miedo pero también trae consigo una necesidad; con una vez no basta. De ahí el consumismo a veces insano de esta sociedad basada en la imagen. Actualmente las multinacionales tienen un poder cada vez mayor debido a su extensión a lo ancho y largo del mundo, un gran poder económico. Junto a este poder las empresas han creado un tejido de intereses muy cercano al poder político y viceversa. De ahí la relación cada vez mayor de los políticos con los empresarios y al revés (como es el caso de Sarkozy con numersosos magnates de su país o el del yerno de Aznar, Agag, con el rey de la Fórmula 1: Ecclestone). Se trata de hacer de todo un negocio.

¿A qué pretendo llegar con todo esto? A la necesidad de crear un individuo crítico que sepa poner en duda todo como forma de mantener a la democracia con buena salud, pero también la importancia del mensaje a día de hoy como vía para formar la "realidad". Si bien el actual gobierno basa su política en la dirección del primer punto, esto es, en la de crear un individuo crítico con la verdad que se le quiere imponer como podemos ver a través de una televisión pública transparente, como lo es Televisión Española (TVE) designando al director bajo acuerdo en el Congreso de los Diputados, que permita expresar la visión "del otro" -con el programa de debate "59 Segundos"- o la asignatura de Educación para la Ciudadanía, la cual versará sobre los Derechos Humanos y la capacidad crítica mediante debates de acercarse a las demás culturas y respetar a las personas que piensen de manera diferente. También cabe decir que el gobierno no tiene en cuenta el segundo punto y no tiene un equipo de comunicación fuerte; algo que el Partido Popular sí tiene. El PSOE tiene que entender que no sabe vender su producto y que no se trata sólo de lanzar el mensaje una vez, que ha de mantener ese mensaje a lo largo del tiempo. Bien conocido es el dicho de que cuando se repite mil veces una mentira ésta termina convirtiéndose en verdad para la mayoría de la sociedad.

Dirigentes progresistas como Bill Clinton o Toni Blair crearon esa maquinaria denominada "spin machine", es decir, una máquina de comunicación dirigida a servir los intereses de los mandatarios. Esto debería hacer recapacitar al presidente para crear una máquina, que si bien no quiere manipular la realidad, al menos debería lanzar un mensaje claro y tranquilizador a los ciudadanos haciéndoles ver los numerosos logros sociales y económicos que bajo este gobierno, como cualquier otro, se han conseguido conquistar. El apoyo social de Zapatero es fuerte y su proyecto está respaldado por millones de españoles -como pudimos ver en las últimas elecciones- el problema es; ¿dónde está Zapatero?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Zapatero está un poco perdido siempre, y como bien le dijo Llamazares en la campaña, "no se puede vivir [de las rentas de] Irak toda la vida". Se tienen que poner a trabajar ya si quieren que la izquierda vaya a votar el año que viene. Vender los logros, que los hay, es fundamental, y este PSOE de hoy no tiene ni idea de cómo hacerlo...