martes, 15 de mayo de 2007

Inmigración ¿un problema o una solución?

Todos sabemos del drama de una gran parte de la población mundial que vemos a través de nuestras pantallas de televisor en el ejemplo de cientos, incluso miles, de personas que diariamente se “lanzan” al mar en una búsqueda desesperada de una vida mejor. Se trata del drama de miles de africanos que tratan de venir en patera a España. Frontera natural de África con Europa. Del “Tercer Mundo” con el “Primer Mundo”. Un sueño que es sólo eso; un sueño. Y que muchas veces se convierte en pesadilla durante una travesía llena de peligros, como es el cruzar las dos costas que separan de su cruda realidad a nuestro sueño “americano”en patera, y que incluso a veces termina en muerte. Para entender la pobreza que hay en África el Banco Mundial da unas cifras nada desdeñables, y es que el PIB de todos los países africanos – con una población de alrededor 500 millones de personas - no supone más del 2% mundial mientras que sólo España – con casi 43 millones de personas- representa el 1,96%.

Otro de los puntos de la inmigración viene a ser la situación en que se haya en el mundo, me refiero al envejecimiento de los países “ricos” frente al colapso en que se podrían encontrar en un plazo de 40 ó 50 años los países “pobres” debido al aumento excesivo de su población. España no se salva de esa situación desastrosa en que se encuentran los países “ricos”, lo que hace que el sistema de Seguridad Social se encuentre en serios problemas frente a una población que envejece y que, por tanto, no puede sufragar los gastos de una gente mayor jubilada y necesitada. Además de que muchos trabajos, como el de obreros o recolectores de frutas, los españoles no los quieren debido a que aspiramos cada vez más a trabajos con mayor remuneración económica buscando el menor esfuerzo físico posible.

Por el aumento positivo de la economía española durante la etapa del gobierno de Aznar es cuando España pasó de ser un país de paso, es decir, que los inmigrantes venían a España en busca de otro destino para afincarse en él, a ser un país donde los inmigrantes vienen a quedarse definitivamente. Cuando llegó Zapatero se encontró con que había más de un millón de inmigrantes ilegales en España. Y es que los pequeños y medianos empresarios habían contratado a numerosos inmigrantes ilegales para que les saliera más barato los contratos –de hecho muchos de ellos se quejan de la regularización masiva de Zapatero mientras ellos tenían en una situación ilegal e inmoral a sus trabajadores-.

Debido a esta situación inmoral e insostenible Zapatero tomó una decisión en 2005, no sin una gran polémica tras de sí como cuando Sarkozy la criticó, que fue la regularización masiva de los inmigrantes en base a su contrato laboral. Esta decisión entra dentro del Reglamento de Extranjería aprobado por real decreto el 30 de diciembre de 2004 y también en el reglamento de ejecución de la Ley de Extranjería vigente en España desde el año 2000.

Y es que al encontrarse con más de un millón de inmigrantes ilegales en España habiendo sido contratados de manera irregular por los pequeños y medianos empresarios sin que el gobierno de Aznar hiciese nada el gobierno de Zapatero optó por responder. Es decir, llevó a cabo una regularización masiva en base al contrato de trabajo, lo que significa que además de contar con los requisitos indispensables como no tener antecedentes penales, no tener prohibida la entrada en España o llevar más de tres años de residencia ininterrumpida en España (no más de 120 días fuera de España en ese tiempo) se pide un contrato de trabajo al menos condicionado por un año o más para el futuro en España. Se calcula que con aquella decisión se regularizaron 600.000 personas y que otras 400.000 no pudieron hacerlo por no estar empadronadas desde antes del 4 de agosto de 2004.

Con este tipo de decisiones se busca fomentar por una parte que los inmigrantes contribuyan a la riqueza nacional a través de cotizar en la Seguridad Social para ayudar a mantenerla en un país donde la población envejece cada vez más. Y por otra luchar contra la contratación ilegal –además de inmoral- de los inmigrantes por parte de los pequeños y medianos empresarios que para abaratar costes se saltan la ley y ponen en una situación difícil a sus trabajadores.

Y es que cuando un país entra en crisis o sube el desempleo los primeros perjudicados son los trabajadores ilegales, por lo que se crea una situación insostenible ya que si se les termina la única fuente de ingresos, ya que no tienen nada que comer, optarán por la vía de la delincuencia. La contratación ilegal de los empresarios hay que combatirla porque de forma indirecta fomenta la inseguridad ciudadana y el “efecto llamada” tantas veces relacionado con aquella regularización masiva sin mencionar otros factores igualmente importantes como estas contrataciones.

Cuando vienen inmigrantes de otros países a nuestro país hay que buscar tener unas políticas de integración muy serias, teniendo como referencia otros países donde viven el fenómeno de la inmigración desde hace más tiempo, para combatir la marginación de los inmigrantes y que éstos no se vean en “guettos” –como las famosas "bandeliues" francesas- con el fin último de una convivencia cívica.

Y es que España, según el secretario general de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Ángel Gurría, España es a día de hoy “uno de los mejores ejemplos de integración de los inmigrantes” siendo evaluada de manera positiva. Ya que como aseguró el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla “los inmigrantes que trabajan en España, viven en España” y tienen, como el resto de ciudadanos, derechos y deberes. Además de que el secretario general de la OCDE enunció los beneficios de la inmigración como el ya citado anteriormente en referencia a la cotización en seguridad social de los inmigrantes como beneficioso para el país.

A parte de aquella famosa regularización masiva Zapatero ha sido el primer presidente de España que ha viajado a los países africanos que son el origen del viaje de numerosos inmigrantes a nuestros países. Un ejemplo de ellos fue el viaje de Zapatero a Dakar a finales del 2006 para impulsar acuerdos de repatriación –como el de los menores de edad ya que éstos no pueden quedarse sin sus padres- y cooperación para frenar la inmigración ilegal procedente de este país africano.

Mucha gente relaciona la inmigración ilegal con la inseguridad ciudadana, o aun más, la inmigración con la inseguridad ciudadana. Pero lo que no se entiende es que si la gente viene de países donde no hay valores tan fuertes como lo es la democracia en un país occidental como España o vienen con el único deseo de tener algo que poder comer y que su familia lo tenga es posible que los inmigrantes que entren de manera ilegal, además de estar marginados en guettos al automarginarse y la sociedad “contribuir” a ello, tengan actitudes violentas provocando que haya mayor inseguridad.

Pero luchar contra la inmigración ilegal –que muchos empresarios saltándose la ley provocan cada día contratando a gente para poder pagar menos y reducir así costes- pasa, en primer lugar, por combatir el “efecto llamada” que es ante todo la desigualdad que existe en el mundo, en la medida de lo posible, invirtiendo en infraestructuras y en educación en los países de origen, consiguiendo además acuerdos de colaboración entre los países de origen y España –como el conseguido por Zapatero en diciembre de 2006 con Dakar ya citado-. Y en nuestro país pasa también por prevenir la violencia, y por tanto, la inseguridad ciudadana combatiendo también la marginación desde la integración social –como la regularización masiva de 600.000 inmigrantes que no cotizaban en la Seguridad Social que hubo en 2005 en España pasando así a ser también ciudadanos teniendo capacidad de decisión sobre el futuro del país donde viven a través del voto, además de las regularizaciones que acaban de haber en Alemania y Holanda, como la que se prevé en Estados Unidos de doce millones de ilegales- inculcando en los centros sociales que ya existen también esos valores de respeto y democracia. Pues es necesario luchar desde la prevención los efectos negativos de la inmigración ilegal combatiendo sus raíces en la medida de lo posible. Se trata de una realidad y también drama social que no podemos negar. Porque negarlo sería, entre otras cosas, un suicidio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El "efecto llamada" es la pobreza, nosotros hemos tenido la suerte de nacer en un país desarrollado donde no nos falta de nada, pero si nos hubiese tocado vivir en otro sitio, nuestra única via de escape es la inmigración

España tiene un papel muy importante porque no sólo es frontera natural de África, sino puerta de enlace de Sudamérica; los países pobres serán cada vez más pobres y la inmigración ilegal ira en aumento... La única forma de frenarla es la inversión y la formación. ¿Por qué no formamos y empleamos en los países de origen? Hay algunos proyectos interesantes que están llevando a cabo empresarios españoles en Marruecos. Es la única forma de frenar esto.

En cuanto a los procesos de legalización, creo que han sido acertados, es mejor tener controlados e integrados en el sistema. Además si tenemos una masa de ilegales grande, esto perjudica al español que tiene poca formación porque los sueldos tienden a bajar. Y quienes los critican son los primeros que metieron en su casa a una "chacha".

Anónimo dijo...

Bueno yo también quiero seguir un poco en la estela de nene21.
Aclarando primeramente que creo firmemente en la inmigración controlada.Pero creo que nos intentas vender la moto diciendo que es algo necesario,esta claro que lo es,pero me parece que es una reflexión que demuestra muy poco tu interés hacia esa gente,creo que la idea de invertir en la formación de empleo (inversión que debe organizarse a nivel europeo)es la solución mas justa para esa gente.Parece que el asegurarnos nuestras pensiones es uno mas de los muchos intereses que nos llevan a necesitar la existencia de ese "tercer mundo" el cual ningún partido político (del primer mundo) esta interesado en erradicar.¿que paso con el famoso 0´7%?
No soy afín a ningún partido político,mucho menos de los mayoritarios,pero creo en las buenas intenciones de zapatero,pero me gustaría verlo en un partido que fuera realmente de izquierdas.

Anónimo dijo...

Lo de asegurarnos nuestras pensiones es un mito, porque los inmigrantes generan mucho más gasto social; además de que en caso de desempleo son el colectivo más desfavorecido y si hubiese una crísis pasaríamos a tener una gran masa que tendría que recibir contraprestaciones.

El aspecto positivo es que favorecen el crecimiento de la economía porque el consumo interno es muy importante.

Si invertimos para que sus respectivos países puedan tener una mano de obra cualificada y una industria fuerte, no sólo estamos conteniendo la inmigración sino que en un futuro nuestros países desarrollados pueden comprarles.

Como ejemplo Alemania, que tuvo que poner dinero para los fondos de cohesión que recibió España durante los años 80, pero al desarrollar nuestra industria, los alemanes pudieron comprarnos a precios más competitivos que en otros países europeos, y al final recibió mucho más dinero del que tuvo que poner.